La odontología general se centra principalmente en tratamientos preventivos que ayudan a mantener la boca sana, pero también incluye tratamientos restauradores y estéticos que reparan los dientes dañados y mejoran su aspecto. Sin embargo, existen innumerables mitos en torno a la odontología general. Algunos de ellos pueden hacer que una persona desarrolle ansiedad ante las visitas al dentista.
Mitos sobre la odontología general
A continuación se exponen algunas de las ideas erróneas más comunes sobre la visita al dentista general:
1. Las endodoncias son dolorosas
Este mito proviene probablemente de una época en la que los anestésicos locales no estaban tan desarrollados como ahora. Una endodoncia sería extremadamente dolorosa si no se utilizaran anestésicos locales, pero ese no es el procedimiento de tratamiento estándar.
El tratamiento de conducto comienza con la inyección de un anestésico local al paciente. Esto adormece la zona en la que se está trabajando para que el paciente no sienta dolor. Sólo siente las vibraciones y la presión del dentista al trabajar en el diente. Una vez finalizado el procedimiento, el dolor causado por el problema que llevó al paciente a la clínica dental debería haber desaparecido.
2. Cepillarse los dientes una vez al día es suficiente para mantenerlos sanos
Cepillarse los dientes una vez al día es mejor que nada, pero no protege adecuadamente contra la caries y las enfermedades de las encías. Ambos problemas están causados por las bacterias orales que crean la placa y el sarro. Estos contienen estos microorganismos y los ácidos que crean. Los ácidos dañan los dientes, y el sarro puede introducirse en las bolsas de las encías, infectándolas.
Las bacterias bucales se alimentan de los azúcares que quedan en la boca, por lo que el cepillado elimina el combustible que necesitan para fabricar ácidos y placa. Las bacterias obtienen un nuevo lote de alimento cada vez que comes algo o consumes bebidas que contienen azúcares.
Cepillarse los dientes después de cada comida proporciona el máximo nivel de protección, pero esto no es práctico para la mayoría de las personas. Lo mejor es cepillarse los dientes dos veces al día. Una de estas veces debe ser justo antes de acostarse, para eliminar las bacterias y la placa antes de dormir. La producción de saliva disminuye durante el sueño, lo que hace que los dientes sean más vulnerables a los ácidos creados por las bacterias orales.
3. Visitar al dentista una vez cada varios años es suficiente
Es demasiado tiempo para que surjan problemas dentales importantes entre una visita y otra. La Asociación Dental Americana recomienda que los pacientes visiten al dentista dos veces al año para eliminar los depósitos de sarro de los dientes y tratar cualquier problema existente.
El sarro no se puede eliminar con el cepillado, por lo que se acumula en los dientes entre las visitas al dentista. Unos cuantos años de sarro en los dientes bastan para causar problemas bucales graves, como enfermedades de las encías.
Las visitas bianuales al dentista también aumentan las posibilidades de que los problemas se detecten a tiempo. En general, cuanto antes se detecte un problema dental, más barato será solucionarlo y menos dolor causará.