La odontología general ayuda a tratar problemas como una infección dental. Una infección dental suele producirse cuando la caries o una infección han abierto la cámara pulpar de un diente. Esto permite que las bacterias y los ácidos que producen lleguen a estos tejidos blandos, lo que provoca dolores de muelas insoportables y aumenta significativamente el riesgo de infección.
La odontología general clasifica las infecciones dentales como urgencias odontológicas que requieren atención inmediata. Un diente infectado puede tratarse fácilmente con una endodoncia, pero puede ser mortal si se permite que la infección se extienda a otras partes del cuerpo, como el cerebro.
Cómo trata la odontología general los dientes infectados
Un diente infectado suele causar suficiente dolor como para obligar incluso a las personas con ansiedad dental a buscar atención odontológica. El tratamiento comienza con la evaluación del paciente por parte del dentista general para determinar la causa de su afección. Un examen visual y el sondeo de los dientes del paciente pueden ayudar a determinar el alcance del daño. También pueden utilizarse pruebas diagnósticas como las radiografías para evaluar el diente afectado. Entre las formas habituales de tratar una infección dental se incluyen las siguientes:
1. Endodoncia
El tratamiento de conducto es la norma cuando se trata de tratar dientes infectados. El procedimiento tiene una horrible reputación como un tratamiento doloroso que los pacientes deben tener miedo, pero en realidad es libre de dolor en su mayor parte. El tratamiento de conductos pone fin al dolor, no lo causa.
El tratamiento consiste en inyectar al paciente un anestésico local para adormecer la zona sobre la que se va a trabajar. El dentista general utiliza un taladro para hacer un orificio que llegue a la cámara pulpar y limas dentales para eliminar los tejidos de la cámara pulpar.
El medicamento puede introducirse en el diente antes de sellarlo con gutapercha. Los dientes restaurados con endodoncia suelen cubrirse con coronas para protegerlos de los ácidos de la boca y las fuerzas de mordida. En algunos casos, el dentista puede utilizar adhesivo compuesto para reconstruir el diente.
2. Extracción
Suele recomendarse como último recurso cuando una infección está demasiado avanzada para ser tratada con una endodoncia debido al alto riesgo de propagación a otras partes del diente. Normalmente se administran anestésicos locales antes de extraer los dientes con herramientas dentales.
Las extracciones suelen conllevar un periodo de recuperación moderado que puede durar hasta dos semanas. Se aconseja a los pacientes que se limiten a ingerir alimentos líquidos y blandos durante este periodo para evitar irritar la zona quirúrgica. Los dientes extraídos pueden sustituirse por restauraciones orales como implantes, prótesis o puentes.
3. Medicación
En algunos casos, el dentista puede recetar antibióticos para ayudar a combatir una infección dental. Estos antibióticos deben tomarse según las indicaciones para que sean eficaces. Los antibióticos pueden combinarse con otros tratamientos, como la endodoncia.